
Quiénes somos

Paco Valero
Del gusto por reciclarme constantemente, de ser un eterno aprendiz y querer transformarme una y otra vez, nació una de mis pasiones:
Crear.

De pequeño ya decía que quería ser inventor. Me pasaba el día construyendo mis propios juguetes, inventando cosas raras con las que divertirme. Lo mismo con una madera y unos cojinetes,que con unos cables, unas pilas y un pequeño motor.
Dibujaba, pintaba, hacía trucos de magia y construía aparatitos para ello, y otras cosa referentes al arte.
También me divertía cambiando de sitio los muebles, cuadros y demás elementos decorativos en casa de mis padres. Otra de mis pasiones: la decoración.
De una de esas reinvenciones mías llegué por casualidad (causalidad) a estudiar luthería. Aprendiendo a construir tanto violines como guitarras y laudes barrocos me di cuenta de lo que me gustaba trabajar con la madera. Amor a primera vista y una de mis mejores etapas creativas.
Y aunque monté un pequeño taller de construcción de instrumentos nunca me apartaba de hacer cositas relacionadas con la decoración y los muebles.
Hacía muebles y decoraciones tanto para mí como para amigos y familia. Lo mismo construía un vestidor como hacía un mueble para un salón o decoraba un ambiente zen.
Y de tanto ir a por esas me encontré con mi primer trabajo profesional. Una cafetería llamada El Desván café Vintage en Málaga. Ese fue el lanzamiento real a todo esto.
Construí todo el bar desde cero y todo con palets y materiales reciclados. Y lo mejor es que a todo el mundo le gustó.
Ya de ahí a montar mi taller y no parar de salir encargos y trabajos. Así hasta hace muy poquito que el destino me cruzó en mi camino a mi socio. Un genio trabajando con palets.
¿El inconveniente? Vivía en Argentina.
Pero estas cosas que pasan, a él le apasionaba la idea de venir y se dejó de convencer muuuuy fácil. Y aquí estamos ambos, español y argentino, uniendo pasiones y creando diseños que salen de nuestro Corazón…Rústico.

Ismael Montania
Siempre me gustó más la parte de meter las manos. De chico sabía que iba a participar en la creación de cosas.
Tenía (y tengo) ese enamoramiento perpetuo con la magia de crear algo primero en la cabeza para luego hacerlo realidad en el hoy.
Adoraba las máquinas caseras y sobre todo el funcionamiento.
Con la curiosidad como bandera, siempre fui de ensamblar desde juguetes, hasta amistades de cualquier lugar. La diversidad me identifica.
Estudié mecánica para ser “el doctor de las máquinas” y dejar de jugar, o en todo caso, seguir haciéndolo pero con juguetes de grandes.

Ahí fue donde conseguí mi primer trabajo, una carpintería. De los metales a la madera. Amor a primera vista. Enseguida me hice amigo de las herramientas y de la técnica.
La vida familiar me llevó por otros rumbos, el comercio. Tuve una ferretería durante 11 años, pero el amor por los muebles me hizo comprar mis primeras máquinas para ir fabricando al tiempo que atendía.
Un día pasé por un depósito de madera de descarte y sin querer, me imaginé un mueble hecho con material reciclado ¿Por qué no? ¡Bingo! Encontré mi vocación.
No quería hacer un típico amontonamiento de palets. No.
Quería un mueble completamente funcional y reciclado.
Y así me fui inventando solo, en este que es mi trabajo y que cada vez me trae más satisfacciones. Siempre creando a partir de materiales que ya cumplieron un ciclo.
Pero, ¿pueden cumplir más? ¡por supuesto!
¿Qué mejor que rehacer un mueble con materiales que ya fueron probados por una vida de trabajo?
Quizás tenemos en nuestra casa un mueble que sus partes ya tuvieron años de trabajo y ¿quién dice cuándo algo no sirve más? ¿quién pone su punto final?
De ahí mi pasión por no tirar nada y construir desde lámparas hasta bibliotecas enteras recicladas. El límite es la imaginación o el espacio en la casa.
Poner amor a mi trabajo y sobre todo a la vida me convirtió en un experimento vivo de mi propio método. Y ahora, ¿por qué no redirigir mi vida como hago con los materiales?
Así fue como conocí a Paco, mi gran socio y amigo.
Entre las pocas oportunidades de mi tierra y el hambre de conocer mundos nuevos, aquí estoy, en España, creando sueños nuevos de viejas vidas, por eso Corazón Rústico.
Son muebles con una vida pasada que pueden dar muchísimo más a un hogar, así como yo vine a esta tierra, a mi segunda oportunidad. Mi trabajo es que todo lo que entre al taller, salga reluciente y peinadito para volver a salir en otra foto, nada muere, todo se transforma.
Tenemos que cuidar nuestra tierra, es nuestro único hogar, por eso me encanta cuando de algo viejo sale algo nuevo y ¡sin romper nada!

Nos podemos reinventar con lo que tenemos, que mientras más vida, más cosas para dar.